martes, 25 de febrero de 2014

UN HOGAR FUGAZ

                                                      
Una puerta dura con estrías y cicatrices causadas por el juego de los niños, el vandalismo de la zona y el descuido. Acompañada de una fachada sin encanto o modificaciones acostumbrada a recoger tierra y ser lavada solo por la lluvia.

Aquí disfruto de la autoridad prestada por medio de una llave ajena y sucesora de otras que me han rechazado y han preferido fragmentarse a permitir mi paso.

Ese techo sobre mi cabeza, es el lugar al que en ocasiones anhelo llegar y a veces no le hallo escape. Allí figuran lo que figura como mis pertenencias y a pesar de traer mis marcas y poder ser separadas de mi fácilmente se reúsan a ser descartadas  no por su uso si por ser mis pruebas de haber existido.

En ese lugar soy servidor, amigo, edecán, pareja y en ocasiones servido. Cocino, me aseo, juego y en raras ocasiones limpio o estudio.

Es mi paraíso del ocio y como rara vez lo uso edificantemente se asemeja al infierno del auto abandono.

Es un lugar prometedor con grandes oportunidades, proyecto magnifico con demasiados escombros, recuerdos y opiniones contrarias, como para estar dispuesto al cambio.

Sin el espacio suficiente para sentirse cómodo ni tan estrecho para ser llamado celda, pero mis cosas se esparcen por el piso y el tiempo se me escapa  de las manos buscando cosas que recién creía encontradas.

Es mi refugio en la noche, mi palacio cuando pudo proveerlo y mi gruta cuando me hallo sin salida. El calabozo del monstruo que rasga mi piel y parece devorar mi conciencia o la cripta donde fue enterrado en vida un genio que subsiste de promesas quimeras.  

Croido Shibumi                                                               Martes 25 de febrero del 2014

German A Gomez Garcia                                                10:01 pm