domingo, 15 de julio de 2012

DESDE EL PRIMER DIA


DESDE EL PRIMER DIA

Desde el primer día
que te pude escuchar
Desde el primer día
Me hiciste cambiar
Porque todo aquello
Que creía fantasía
Con tus manos lo
Volviste realidad.

Desde el primer día
Que te pude  ver
Desde el primer día
Me pude fijar
En esa sonrisa que resulta
Angelical y en esa mirada de la
Que no me puedo ocultar.

Desde el primer día
Que te pude abrazar
Ese primer día
No lo puedo olvidar
Por esa alegría
Que me hiciste desbordar.

Desde el primer día
Que contigo pude descansar
Desde el primer día
Me diste un hogar.

German Andres Gomez Garcia

Croido Shibumi

Martes 2 de Mayo del 2012

viernes, 1 de junio de 2012

DAMA MARIPOSA


DAMA MARIPOSA

Me he conocido de nuevo, descubriéndome en tus palabras de afecto y tus bellos gestos, en tus cuidados y regaños. En tu mirada confundida al despertar y en tus labios que busco antes de levantarme.

Reconozco mi cuerpo como nuevo, ahora cálido y suave, cargado de pasión y desenfreno. Antes prisionero del frio se hallaba denso, frio y ausente a mis deseos.

Ahora palpita mi corazón sin temor y mis brazos se aferran tiernamente a tu presencia, que me abriga, me alienta y protege, dándome cada día una razón de vida y un deseo de eternidad a tu lado.

Eres mi dama mariposa, que con sus bellas alas  me haz apartado del abismo y a pesar de tu danza efímera, eres mensajera de lo sagrado siendo bendición en mi vida y luz en mi hogar.  

Viernes 1 de Julio del 2012    12:39
Croido Sibumi
German Andres Gomez Garcia

lunes, 6 de febrero de 2012

LA ÚLTIMA CENA

LA ÚLTIMA CENA

Todos los días despierto con la inquietud que genera la vida, con las dudas que me dejo el ayer, me levanto confuso y con rabia sin saber a quién o a que echarle la culpa por mi despertar, si al sol, si a Dios, a la incomodidad o a la simple rutina, porque me separan de mi comatosa comodidad, de ese fabuloso mundo blando sin sueños, sin vida y sin recuerdos al que me entrego en cada momento que tengo la oportunidad, no entienden que mi papel en este plano ya fue actuado y las carcajadas que debí provocar con mi paso por la vida han deshecho mis tímpanos con su estridencia.

Cuantas veces he repetido este ritual, cuantas más habré de hacerlo, para satisfacer el capricho del universo, donde está el objetivo o beneficio tras mi existencia  si el mismo aire o alimento que que consumo y luego desecho hallaría más provecho en esos rostro y cuerpos demacrados al otro lado del mundo que solo son usados como modelos casi inertes de las situaciones más precarias e inhumanas. En qué momento gane el sorteo celestial para ser depositado en un lugar lleno de las comodidades que a ellos les niega el entorno, si mis ojos no revelan el deseo por aferrarse a la vida y callo voluntariamente los gritos desesperados por ayuda que ellos por culpa de la hambruna y barreras del idioma no pueden emitir.

Y así con ese desprecio a mi existencia y la acides que me causa mi propia repugnancia procedo a alimentarme y me sirvo generosas porciones  del sustento diario, con derecho a repetir, pues en la soledad no hay con quien compartirlo.

Ingiero, como, trago para llenarme de alimentos y bebidas saturadas en dulce o en grasa, manjares que me ofrecen sabores tan hostigantes y diversos que rozan las fronteras entre el placer y el asco. Todo lo que han tocado mis labios ha encontrado un trágico destino, pudrirse en mi interior o impregnarse de mi amargura entregarse a otra fuente para borrar la sensación.

Soy consciente, en poco tiempo no lograse que la grasa sature mis venas o que el dulce invada mi cuerpo y alenté mis funciones. No tengo el tiempo ni el deseo de esperar, me considero un reo cada noche, en presencia de su banquete final, en medio de esa última cena con sus seres queridos, con las palabras adecuadas para cada quien y brazos dispuestos para dar y recibir los abrazos que en cualquier otro día negaría.

Pero en mi celda, a mi lado no hay nadie y las palabras que intentan salir tienen su destinatario en el pasado sin dirección  o posibilidad de contacto, sin oportunidad de sentir  el roce o el calor, sin derecho a compañía, solo un alargue del letargo al quiero entregarme, esta pues es mi última cena y la repetiré cuantas veces sea necesario hasta que sea realmente la última, el día y las labores que realice solo serán parte de la etiqueta necesaria para mi última cena y mi deseo final.

German Andres Gomez Garcia                              Croido Shibumi
Lunes 6 de febrero del 2012 2:15pm

sábado, 21 de enero de 2012

LUCHA CON FANTASMAS

LUCHA CON FANTASMAS

Traspasando las barreras  de las tierras cálidas retomando el camino que me despojo de mis fantasmas, invadido por el frio y el miedo proveniente de ellos por esos sueños y ese amor perdido
en las tierras donde solo encuentro hielo y temor.

Mis raíces las llevo conmigo no son una carga, más si un aliciente son raíces que me aferran
a las montañas que custodian mis anhelos para poder escalarlas y abrasarlas hasta destruirlas

Me alejo de emociones que creía perdidas me alejo pero no las abandono.

Ancio el calor de una abraso y la tibieza de unos labios la textura de una piel tersa  que no he olvidado y ahora se luce en la intangible presencia de  uno de mis fantasmas.

Uno de esos fantasmas que deambulan por mi hogar, a los otros los llamo  fracaso, vicio, duda, miedo, inconstancia y olvido.

Fueron mi abrigo y manto,  guías y portadores de mi oscuridad encargados de socavar la luz.

Renuncie a ellos y me despedí con reverencias, porque así  se debe tratar al maestro y al falso profeta. Es posible que hayan seguido mi rastro para escoltarme hasta el averno a la gruta donde les di forma y vida.

Durante el viaje medito si debo aceptarlos,  si deseo ser la sombra sin reflejo y en la manera correcta de negarme a su compañía y luchar contra la fuerza que muchas veces supero la mía.

Se que estarán rondando los lugares que frecuento, se dividirán en grupos hasta hallarme y enfrentarme juntos, harán lo posible por abatirme y  lograr una simbiosis donde sean mis amos, amito que han estado a punto de lograrlo.

No espero una lucha justa, mucho menos tregua, esta vez está en juego vivir o morir de pie para que al igual que una tumba olvidada desmoronarme con el tiempo.

Con que armas luchare, que usare como armazón y yelmo, ya conozco sus ataques, su rutina y la fuerza que emplearan, he sido su tula y sparring, así que ya no duele sus golpes pero me intimidan lo suficiente para aislarme en lo confortable y mullido de mi gruta.     

Estoy listo para ellos y ansioso, pues estos días me han inundado con un valor que parece ajeno, algo suicida y terco pero suficiente para hacerles frente y no caer en el primer asalto.
Esta será mi última oportunidad en una guerra de muchas batallas perdidas, la oportunidad decisiva para que mi alma inmortal no este perdida.

German Andres Gomez Garcia      Croido shibumi
Martes 11/01/2012





INSCRUSTANDOTE EN RECUERDOS

INSCRUSTANDOTE EN RECUERDOS

El sonido de las olas se confunde con tu risa y me acarician como tú lo harías, cada gota que recorre mi cuerpo son tus manos y la arena el lecho donde veríamos las estrellas y el lugar donde nos fundiríamos en uno así tuviéramos luego que lidiar con ella.

Esa era la promesa y seria el momento más hermoso de mi vida, peor tuve que caminar solo por la playa mientras la sal saboreaba mis labios y yo jugué con ella como si fuera tu lengua.

Deje que mis ojos buscaran tu silueta, creí verte tantas veces y suspire cada vez porque me alegraba  la idea de poder encontrarte así fueran otros brazos los que rodearan tu cintura y otro el rostro que tu tomaras entre tus manos.

Ahí deberías estar era tu lugar ganado tras una promesa y mi mayor deuda.

El sol se quedó esperándote y yo añorándote, deseaba besar  tu espalda mientras la acariciaba, ayudarte a levantar para abrasarte  y nadar a tu lado para amarte en el mar.

Llevar de recuerdo muchas fotos tuyas y el deseo de volver algún día. Pero no fue así no tuve el coraje para traerte a mi lado ni los méritos para merecer  tal fortuna.  

Me conforme con que me acompañaras en silencio, sin diálogos o tacto en cada lugar en el que estuve, presentándote en susurros como mi esposa, orgulloso de ver cómo te admiraban  pero solo eran susurros y fantasías para negarme la realidad de tu partida.

German Andres Gomez Garcia                     Croido Shibumi
Martes 11/01/2012 4:09pm