miércoles, 14 de septiembre de 2011

AUTOMATA BERSERKER

AUTOMATA BERSERKER
Aquel que conoce las leyes gobernantes de su conducta y sus acciones por lo cual  no necesita debatir la conveniencia de sus actos o el daño que pueda causar el cumplir su objetivo, solo realiza aquello que entiende como misión inaplazable, al ser berserker no teme, no huye ni se niega, no busca excusas o posterga.

El dolor no le es ajeno ni intimidante pues solo se enfrenta a él al final de su jornada y a pesar de las heridas que recibió, el frenesí del  triunfo mitiga cualquier represalia que al vida tenga en su espera como condena o premio a su osadía.

German Andres Gomez Garcia                                Croido Shibumi
Miércoles 14 de septiembre de 2011 12:03 am

martes, 13 de septiembre de 2011

ASUSTADO

ASUSTADO
Ante la idea de una alma gemela, por miedo a una promesa o un lugar que me guie hacia mi meta.

Me siento tan indigno e impuro, con el deseo de morir a mi ser pero no a mis sueños, no quiero lapidarlos junto a mí, deseo que vallan y me conduzcan a la inmortalidad.   

Aun así el  pánico me impulsa a huir y también a admitir que he convertido en ruinas demasiados logros y solo soy cimiento desierto esperando recibir conocimiento y afecto.

Estoy asustado por la posibilidad de amar, he malgastado demasiado tiempo y sentimientos en un arte que me rechaza y tercamente intento ser su aprendiz.

Estoy temeroso por el nuevo reto que representa adquirir la bendición por la que tanto he orado.

Escapo continuamente del camino que solo me pide avanzar, en el cual me esperan retos y bendiciones indescriptibles.

Agobiado por una fe intermitente, sediento de pruebas que no debería esperar  y de hechos contundentes que esquivo fácilmente.

Patético gestante de la miseria y el conformismo, socavo la vida que generosamente se me ha otorgado  y cubro mi existencia con un manto de sonrisas para no apartarme jamás de tu servicio.

German Andres Gomez Garcia                                              Croido Shibumi
Martes 13 del 2011 11:49 pm      

lunes, 5 de septiembre de 2011

ALTEZA

ALTEZA

Mujer de mirada profunda con rasgos sutiles marcados por la tristeza, parpados cansados y ojos que se han enfriado por las lágrimas, la calidez de tu ser se desborda en una tímida sonrisa, has ocultado tanto de ti y estas agazapada esperando su rescate.

No entiende por qué falta a su llamado y porque no es digno de ella que no requiere un Rey que le gobierne, solo aceptar su legado divino, la autoridad tras sus triunfos y el toque real en sus manos.

Recuerdo de antaño el brillo de sus labios, la fuerza aturdidora de sus palabras, el deseo intenso de gobernar sobre su vida y destino, dejando atrás cualquier ruina y pasado.
En aquel tiempo de doncella partió lejos y en medio de su exilio domino la magia que sana los cuerpos y eleva su alma.

Adquirió conocimiento y el poder para ver más allá de los hechos, para entender la causa del dolor y el sufrimiento, se volvió una herramienta de su oficio, devolviendo con él la alegría y la fe a sus prójimos.

Atendiendo al llamado de su Dios entono los cantos más bellos mientras dejaba escapar notas de sus manos se convirtió en una sublime imagen sellada con elegancia y sencillez.

En su hogar es bienvenida pues es obsequio divino y como tal bendición.

Ahora que de nuevo puedo contemplarla en los momentos en los que no me hiere su brillo y su calidez se esfuerza en no repeler la oscuridad en mí, puedo percibir el valor en su alteza.

Quisiera devolverle la fuerza usada en su más reciente guerra, me encantaría ofrecerle de vuelta el vigor y el encanto que dio como tributo al amor. Pero es el deber de su Señor el cual al igual que yo desea que  renuncie a esta batalla y verla recuperada dispuesta a guerra donde solo le espera la victoria.  

Croido Shibumi      
German Andres Gomez Garcia 11:29pm 4 de Septiembre del 2011

sábado, 3 de septiembre de 2011

una persona pude ser tan especial para ti como tu se lo permitas solo tienes que esforzarte en ver esa belleza que hay en cada quien que a nosotros mismos nos cuesta reconocer ­.