A la muerte

Cuando la muerte me encuentre se decepcionara de su presa, dirá que para tomar una alma tan insignificante hubiese sido mejor enviar a una entidad menos ocupada, que con migo el camino hacia el averno será muy aburrido y que en mi vida no paso nada que realmente pueda interesarle.

Quizá me pregunte donde desvié mi camino que se esperaban tantas cosas de mi y que no esperaba tener que recogerme tan pronto, me explicara que en sus momentos de ocio lee las paginas arrancadas por los ángeles del libro de la vida aquellas que sobran por que la persona de la que hablan no siguió el plan divino y se aleja a pasos abismales del destino y las bendiciones que había en ese camino.

Me mostrara que por casualidad llevaba algunas de las mías consigo y me nombrara una a una a aquellas personas que decepcione y que me abrieron sus corazones, me dirá una a una las oportunidades que he desaprovechado y me recordara casi gritándome las metas que me había trazado recriminándome por los cambios que debí haber causado y las almas que debí haber tocado.

Pedirá disculpas por las emociones que ha mostrado, dirá que en su trabajo no es normal tomar a alguien que debía ser recordado, que debía dejar un legado y que cobardemente no lo ha hecho, y que para ella es un honor poder llevarse a alguien que la gente recuerde, alguien que las personas quieran y añoren que sea un grato recuerdo para aquellos que tuvo cerca y aun mejor si lo es para los que no lo conocieron en persona, su verdadero triunfo esta en arrebatárselos en hacernos sentir su ausencia y desear ser como ellos, porque esto purifica al alma humana, enaltece sus espíritu y saca lo mejor del ser humano.

Por eso ahora que la siento tan cerca pretendo evitar dicho encuentro ahorrarle su molestia y el trabajo a los ángeles, por mi mismo hare la lista de lo que no he llevado a cabo, por mi propia cuenta pediré perdón y reabriré las puertas que cerré para mi y otros a mi paso, 

Le digo en voz alta por si puede oírme o por si ya se encuentra mi lado que yo seré uno de los que le darán el honor de una gran victoria, que seré recordado, anhelado y respetado, que aun aquellos que no saben de mi valoraran su logro al haberme llevado, pero que por ahora no es tiempo, no es preciso que se ocupe de mi viaje, le invito a que me acompañe cuanto lo desee que siga mis pasos tan cerca como quiera para que si algún día decaído me susurre al iodo a que he sido enviado o si es inevitable y he cumplido lo pactado me lleve a su lado para ser juzgado, para ver el libro de la vida con mi sección sin mancha, sin hojas en pedazos y sobre todo extensa como puede llegar a ser la vida de un ser humano.

Con toda la paz y la gloria que haya dejado mi pasado y con toda la esperanza que sembró mí legado quizá el destino de mi alma no se alterado y me haya ganado el derecho de ser llevado.

German Andres Gomez Garcia

Croido Shibumi

Enero 12 del 2010 1:03 Pm